Las 20.000 hectáreas de este espacio natural protegido son un verdadero paraíso natural. Situado al sur de la provincia de Lugo, aquí es donde puede encontrarse uno de los bosques de vegetación autóctona más espectaculares. Entre su riqueza paisajística destaca el inverosímil monte horadado por los romanos para extraer mineral, y los soutos de castaños, siempre presentes junto a las aldeas.
QUIROGA Y EL MONTE AGUJEREADO: Cerca de la iglesia de San Miguel de Montefurado se halla el monte en el que construyeron un gigantesco túnel para desviar el curso del río. Las riberas del Sil, antiguamente ricas en oro, constituyeron una enorme fuente de riqueza para Roma.
CASTILLO DE CARBEDO: Esta fortaleza medieval vigila la entrada al valle de Lor, uno de los parajes más bellos de O Courel. Los restos del castillo se asientan sobre una peña de 20 metros de altura. De origen desconocido, perteneció al cabalero Nuño Peláez, quien lo donó a la orden de Santiago.
BURACA DAS CHOIAS: Los amantes de la espeleología suelen adentrarse aquí para disfrutar de su secreta belleza, aunque resulta accesible para cualquiera. No se trata de un más de las 80 cuevas que existen en O Courel, ya que en su interior surge un torrente de agua que desemboca en el río Visuña.
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Entrada vista desde dentro. |
HOSPITAL DO INCIO: Esta singular construcción románica es uno de los lugares más interesantes de O Courel. Su tosca belleza llama la atención, además, por mantener alejada de la construcción principal la torre-campanario. En su interior, se encuentra el panteón de la poderosa familia de los Quiroga.
CASTRO DE VILAR: Se trata de un conjunto de época prerromana. Se encuentra situado en un estratégico punto de O Courel, a modo de espolón sobre uno de los meandros del río Lor. El castro parece estar cincelado sobre la pizarra del lugar y resulta accesible a pie desde Vilamor.
DEVESA DA ROGUEIRA: Sólo ocupa 200 hectáreas, pero es la reserva botánica de Galicia. Su masa arbórea apenas permite pasar los rayos de sol. La extrema humedad ha permitido que los acebos, tejos, hayas, castaños, robles y demás especies hayan quedado a salvo de los incendios.